El nuevo disco de la banda danesa
The Raveonettes cayó como anillo al dedo. No les voy a mentir, estoy
aprovechando este espacio para presentarles a una de mis bandas favoritas de
los últimos años y una de las más influyentes para cierto puñado de artistas
que mantienen ese sonido ruidoso pero sin dejar de lado consistentes armonías.
Se agradece que en estos tiempos,
bandas como esta, con cierta consolidación, puedan sacarnos de la rutina del
mercado musical y sorprendan de un día a otro con toda una nueva obra. Fans,
críticos y extraños pueden admirar, sin ruido mercadológico, de un disco que
mantiene a The Raveonettes como una banda constante en calidad musical.
En esta ocasión, parece que Sune
Rose Wagner y Sharin Foo se inspiraron en sus seguidores. Con una capa más
densa de distorsión guitarrera, hacen parecer que se entra en un bosque, donde
es difícil encontrar el sentido de las cosas, pero que puedes disfrutar a
manera de un lindo y perturbador sueño a la vez. Así es como suena Pe’ahi.
Endless Sleeper y Sisters
abren el camino. Después Killer in the
Streets recuerda los maravillosos riffs que el duo puede ofrecer, aunque en
este disco no son la constante. Solos de guitarra ocultos y bases de bajo que
van guiando el sentido completo del álbum se combinan con las armoniosas voces
de Sharin y Sune Rose, que disco con disco se adecuan al resultado que buscan. Kill!, A Hell Below también destacan, para
cerrar a modo con When Night is Almost
Done y Summer Ends.
El logro de esta banda es importante,
ya que con cada disco su sonido cambia, pero mantienen una calidad apegada a su
esencia de armonías de ensueño y atractivos riffs, aderezados con letras que se
mantienen oscuras e intrigantes. Todo parece un paquete perfecto para la
escucha, para enamorarse de este par de daneses.
No puedo decir más de este álbum,
simplemente invitarlos a escucharlo y a dejarse llevar por su sonido. Denle al
play, disfruten y dejen su comentario.
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